Los reclamos de la sociocrítica siempre son personales: no he visto a ningún negro diciendo, por ejemplo, que los pieles rojas en los relatos de Richard Ford son tratados como la mierda, ni a ninguna lesbiana diciendo que los hombres en las películas de Catherine Breillat sufren un trato denigrante. Vamos hacia un mundo donde todo chiste que incluya a un negro es racista y todo lo que incluya a un travesti es transfóbico. Para seguir leyendo…
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