Huddleston ha escrito unas memorias ligeras, informativas y muy fáciles de leer, pero a la vez engañosas. Unas memorias en las cuales a pesar de insistir repetidamente en su oposición diametral al sistema implementado en Cuba, se deja arrastrar por el encanto que en ella ejerce el carisma de Castro, lo cual a su vez la va parcializando quizá hacia el lado que ella no quiere llegar. No lo oculta, al contrario, lo expresa. Para seguir leyendo…
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