En estas fotos «La Habana emerge femenina y hípster, lánguida y posmoderna, esperanzada y energética sin grandilocuencias. No está aquí la obrera, la miliciana, la estudiante; tampoco la mulata voluptuosa, colorida y cimbreante, deshaciendo el tiempo en una llamarada mientras un tumbao invisible repite obsesivamente: Cuba, Cuba, Cuba… Es este, en todo caso, un ejercicio de exotismo inverso.» Para acceder a ellas…
Responder