Chinolope, otro gran cronista visual de la calle, realizó varias fotos del músico (Chori) y de su inconfundible grafitti tag, omnipresente en cada esquina de La Habana, hecho siempre con tiza y de una tipografía absurdamente perfecta, obra-performance pública, adelantadamente pre-basquiática, que le sobreviviría unos años tras su muerte en 1974 hasta que fue borrada para siempre por el viento y la lluvia. Para seguir leyendo…
Responder