Con ‘Ancestros’ Soto despliega su independencia de la narrativa oficial y reafirma la condición subversiva del performance en el espacio público. Cabe la comparación con Ana Mendieta y su trabajo con las ceibas antes de su primer viaje a Cuba a finales de los 70s. Curiosamente, el tronco de la ceiba utilizada por Soto en Cienfuegos se asemejaba a una vagina. Esta variante antropomórfica de la ceiba nos remonta a un universo textual, a otro lenguaje de referencialidad materna, dador de vida. El tributo de Soto a la ceiba-objeto, ceiba-madre, desplazaba el culto al Estado patriarcal y su ilusión de un paradigma de hombre libre de “prejuicios religiosos” y de otra identidad que no fuera la creación de, desde y para la Revolución. Para seguir leyendo…
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