Díaz Canel tiene una retórica impostada y por tanto repulsiva. Se hace eco de un discurso que engaña a unos pocos. Pretende seguir enarbolando la bandera antimperialista, cuando representa a un poder que como aconteció durante la invasión soviética a Praga, defendió el carácter de aquella agresión. Pretende hacernos creer que esta “nueva crisis” que ya es vieja tiene su origen en el embargo. A sesenta años Cuba no tiene ni siquiera su flota naviera, capaz de transportar el petróleo. El científico y ex prisionero de conciencia Ariel Ruiz Urquiola compartió en su muro de Facebook un post donde parafraseó al apóstol cubano José Martí respecto a la incapacidad de prever de un estadista, o funcionario público, una actitud condenable. Para seguir leyendo…
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