Por estos días, en Cuba, un grupo autodenominado Clandestinos vierte líquido rojo sobre bustos de José Martí, como gesto de insurrección, que abarca desde la protesta contra la manipulación institucional de la figura histórica hasta un descontento con la situación social y política en el país. El oficialismo (ministros, funcionarios, intelectuales orgánicos) se rasga las vestiduras y alude a actos vandálicos, mancilladores de una intocabilidad monumental. El rojo vertido en los bustos va contra esta monumentalización y contra el monopolio gubernamental de lo simbólico nacional. En el texto “José Martí”, de García Lorenzo, se concentran en una sola línea, como en un telegrama bochornoso, los atributos contra los cuales se rebela Clandestinos: “Micrófono. Garabato. Muñeco vudú. Maniquí. Un stencilcualquiera”. Para seguir leyendo…
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