Creo que José Kozer es el poeta de cada poema. Es decir, cada poema es un José Kozer que muda. Cada poema es una nueva piel y un mismo instinto, un mismo hálito. Nunca cambia, pues permanece una impronta de transición emocional que lleva a su lector a reconocer su verso en cualquiera de sus algoritmos creativos. Su recuerdo, nos recuerda que seremos, simplemente, recuerdos de poetas. Para seguir leyendo…
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