Fuera de la capital es aún más difícil para los artistas independientes conseguir los recursos para continuar creando. Elizabeth Llanes, integrante del proyecto de animación EXA, de Camagüey, afirma que la tecnología que consiguen es gracias a padres y otros familiares que están de misión y se los llevan cuando regresan a la Isla. La otra opción que tienen es colaborar con otros artistas intercambiando equipos y, en ocasiones, alquilar ciertos dispositivos, como las tabletas gráficas. Incluso si hay dinero para pagar equipos, aunque sea a sobreprecio, «se dificulta, pues no sucede como en la capital, donde por lo menos aparece quien venda un tablet, un bajo, etc.», expresa Llanes. Para seguir leyendo…
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