Héctor Antón: La mística como subversión política
Luis Gómez se debate entre perennidad y desaparición, el juego y el no-juego, las culturas ancestrales y el high-tech, la fe y el escepticismo desmedido. Asume la elucubración como boutade o link conceptual, donde nunca se arriba a la falacia posduchampiana en que todo puede ser cualquier cosa. ¿Qué pretende sugerirnos la obra? Algo tan sencillo como difícil: que el espectador puede recepcionarla o ignorarla con la misma libertad que el gestor disfrutó al concebirla. Para seguir leyendo…
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