La Seguridad del Estado me ofreció trabajo como agente en dos ocasiones. La primera vez, en el momento más crítico de Concilio Cubano: a finales de enero de 1996. Me arrestaron dos agentes que se hacían llamar Lucas y Luis Mariano, me vendaron los ojos y me obligaron a doblar el torso hasta que mi cabeza casi tocara mis rodillas (…). “Te queremos pedir disculpas por el error de algunos compañeros con Naturpaz; pero eso fue un error de los hombres, Leonel, no de la Revolución”, me dijo. “Los Norteamericanos están usando Concilio Cubano para atacar a la Revolución, y eso no vamos a permitirlo. Vengo a transmitirte órdenes superiores. Si estás dispuesto a renunciar a Concilio y a participar en un programa de televisión explicando que fue una idea creada por el gobierno norteamericano, nosotros vamos a permitir Naturpaz…» Para seguir leyendo…
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