En Cuba (…) hay una imposibilidad gubernamental, y por ende institucional, de reconocer el “arte independiente” o “autónomo” de corte político o que tiene un enfoque de crítica social, que disiente políticamente. Esto es propio de los sistemas políticos no democráticos y unipartidistas, en que toda producción de discursos, símbolos y textos contrarios a su visión no son aceptados como legítimos y legales, y por ello, lo desacreditan y criminalizan por todos los medios oficiales del país, al punto de llevarlos al extremo, como es el encarcelamiento. Hamlet Lavastida es una víctima más, como lo es y ha sido Otero Alcántara, Maykel Osorbo, por solo mencionar nombres vinculados al mundo del arte; sin perder de vista que ya había sido criminalizado y encarcelado Ángel Delgado a comienzo de los años 90. Para seguir leyendo…
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