En abril de 2014, en el VIII Congreso de la UNEAC, su presidente, Miguel Barnet, planteó que la UNEAC «no ha hecho otra cosa, desde su génesis, que servir a los ideales más nobles de la revolución» y la calificó como el «Moncada de la cultura», palabras que confirman las razones del deterioro sufrido y la necesidad de la libertad de asociación para que esos intelectuales cubanos participen en el quehacer de la cultura desde nuevas asociaciones. Para seguir leyendo...
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