En este mundo de interdependencia global conectado por Internet, las diásporas, antes silenciadas e impotentes, se han convertido en variables fundamentales en procesos de democratización a nivel mundial. Estas diásporas, ahora digitales, han permitido la expansión de los flujos de información hacia países y regiones que habían estado excluidos de su alcance. La cubana no es la excepción y hoy, a pesar de las dificultades de toda índole que enfrenta, puede continuar desempeñando una función trascendental en la consecución de un cambio democrático en la Isla. Para seguir leyendo… (Imagen: R. Carrión).
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