Me dice rubia linda, me encaracola un rizo. (…) Me toma por la barbilla y me besa. Un beso suave, francés, siento su aliento sobre la boca. Bajo la mirada y me topo con sus bellos pies en sandalias de cuero, sus muslos de corredor, su miembro. Tengo 13 años. Para seguir leyendo…
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