Ileana Diéguez: La contraescena/obscena del ‘sublime revolucionario’
En la serie Sentémonos a conversar sobre la violencia se habla desde la primera persona, mientras en De cómo el verbo se hizo carne los relatos son retomados por terceros. Este intercambio de personas gramaticales es propicio a la producción del rumor y al trasiego de informaciones que a modo de palimpsesto van contaminando las memorias del padecimiento propio y de otros. Para seguir leyendo…
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