Oscar Rodríguez: Cómo deconstruir un cuerpo

DD.HH. | 15 de agosto de 2023
©SubAlternas

En la clase de Preparación para la Defensa, el profesor nos hacía figurarnos al enemigo, visualizarlo, enfrentarlo. Tendidos sobre la yerba amarillenta del polígono, enmascarados nuestros rostros con fango, apuntábamos al enemigo construido por el profesor, que era casi siempre un muñeco gris recortado en latón. A él dirigíamos los perles de nuestras armas. A su cabeza, dos puntos. A su torso, un punto. A sus piernas, un punto. A su corazón. Ni siquiera sabíamos si nuestro enemigo tenía corazón en el momento en que le disparábamos. Debía tenerlo. Aunque a juzgar por los datos que el profesor nos daba de él, quizás no lo tuviera. Si no lo matas tú, él te matará a ti. Eso nos decía el profesor. Si no lo capturas tú, él te capturará a ti. Y con miedo alimentaba nuestro coraje. Yo era de los más corajudos; es decir, de los más miedosos.

[Para seguir leyendo…]