Claudia González Marrero: Conversación con Ángel Delgado / Tenemos el deber de no olvidar

Artes visuales | DD.HH. | 21 de diciembre de 2023
©Silencio Absoluto, 2000. Madera, aluminio y jabón. Dimensiones Variables

Algunos detalles de tu experiencia en la cárcel han estado presentes en tu obra posterior. Me refiero a la alimentación carcelaria y a la instalación “Silencio Absoluto” donde muestras dos hileras de bandejas con una precaria porción de comida. Cuéntanos un poco de esta pieza, ¿cuál es su referencia inmediata? ¿Encuentras paralelos con la realidad cubana actual? ¿Podríamos decir que es una pieza que avizora, más de veinte años antes, la instalación de una crisis alimentara en la que la Isla se hunde cada vez más?

Cuando realicé la instalación “Silencio Absoluto” en el año 2000 solo la pensé como una réplica de las mesas, las bandejas y la precariedad en la alimentación de ese tiempo. El detalle de esa pieza es que la comida fue realizada con jabón, ahí se unifica la visualidad de la pieza y lo conceptual. La instalación, a pesar de que tenía una referencia directa a mi experiencia personal en prisión, hacía referencia también a la precariedad alimentaria en comedores obreros o escuelas cubanas. Lo que nunca imaginé fue que tantos años después esa instalación tuviera vigencia, y mucho peor, que la situación alimentaria en general estuviera en una crisis profunda, de la cual se ve cada vez menos una salida.

Tal como se exhibe en las bandejas y en las esfinges y siluetas de tus dibujos, es la biopolítica un tema central en tu trabajo. Existe siempre una narrativa en torno a la reproducción del sujeto mayormente regulado, normado, estandarizado, sacrificado. ¿Por qué recurres a esta estética?

Por lo general mi obra parte de la experiencia personal, es una obra con un fondo autorreferencial, sin embargo, intento llevarla al plano común o colectivo, por lo que mucha de mi obra se refiere a las limitaciones, falta de libertades, controles y restricciones que le son impuestas a los individuos en cualquier sociedad, pero sobre todo en las sociedades donde existe una dictadura.

Esos personajes que aparecen en mi obra como regulados, normados y estandarizados, vienen de esa sociedad donde crecimos, y que desde muy pequeños nos impone esa regularización, nos adoctrina, nos quiere enseñar que todos somos iguales, nos fue convirtiendo en ovejas. También nos inculcó no tener criterio propio, que todos “fuéramos como el Che”; a esto súmale la experiencia en prisión donde todos nos convertimos en un número, uniformados y caminando en fila con la cabeza hacia abajo. De esos daños y traumas se alimentan muchas de las ideas de mis obras.

Otro rasgo que encuentro distintivo en tu obra es el retorno a las vivencias personales, la reconstrucción y permanencia de la memoria individual y colectiva. En los últimos años en Cuba hemos visto cómo la experiencia carcelaria se ha repetido y hasta expandido en colegas artistas como Hamlet Lavastida, Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Osorbo, entre más de una decena de artistas que siguen presos tras el 11J, según ha reportado el Observatorio de Derechos Culturales. ¿Cuán importante crees que es el recordatorio de la violencia de Estado contra el arte y la ciudadanía en general? ¿Crees que podemos aprender desde el rescate de la memoria?

Totalmente, en mi caso utilizo el rescate de la memoria como una especie de venganza hacia el gobierno cubano. Es un recordatorio constante de lo que hemos pasado muchos artistas y que lamentablemente continúa pasando en la Isla. Mientras el gobierno dictatorial de Cuba continúe censurando y reprimiendo a los artistas y a la ciudadanía en general, creo que tenemos el deber de no olvidar. 

Para terminar, me gustaría que nos comentaras un poco sobre tus proyectos actuales y futuros. ¿Seguirás repensando Cuba? 

En estos momentos me encuentro realizando una extensa instalación titulada Buscando Luz. Es una obra en proceso de 1052 pinturas de pequeño formato sobre telas recicladas, y conceptualmente fundamentada en la búsqueda de fe del ser humano, en cualesquiera de las circunstancias. Sobre todo, está dedicada a aquellos que se encuentran en situaciones extremas. Es además un homenaje a los 1052 presos políticos encarcelados injustamente en Cuba hasta el mes de septiembre del 2023.

Aunque muchos de mis proyectos actuales, están enfocados en situaciones o conflictos más universales y en temas obligados en estos tiempos, como la identidad, el exilio, la soledad, el afuera y el adentro, la migración, el poder, el destierro, las fronteras, entre otros, el tema Cuba siempre está presente en mi vida y mi obra.

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