CAN: Conversación con Corina Matamoros / ‘Raúl Martínez: La gran familia’
A principios de este mes [2012], la curadora habanera Corina Matamoros se encontraba en Nueva York para el lanzamiento de su libro bilingüe Raúl Martínez: La gran familia (Ediciones Vanguardia Cubana). En la galería 8vo Piso en el distrito Flatiron de Manhattan, Matamoros habló muy emocionada sobre su relación con Martínez en los últimos años. Una versión editada de sus comentarios aparecerá en un próximo post de Cuban Art News, pero primero, presentaremos aquí una entrevista con Matamoros acerca lo que sucedió en mayo pasado, cuando el libro fue publicado durante la Bienal de La Habana.
Felicitaciones por el libro. ¿Cuánto tiempo estuvo trabajando en él?
Empecé a trabajar en él hace tres años. Comencé en la casa de Raúl Martínez, viendo todas sus obras de arte y documentos. Abelardo Estorino, el amigo de Raúl de toda la vida, todavía vive allí. Él me dio acceso a todo el material gráfico, que fue muy, muy útil. Y el Museo Nacional de Bellas Artes [donde Matamoros es curador] tiene una gran colección de Martínez. Así que esas fueron las dos colecciones principales que empecé a estudiar.
Es el primer libro sobre Raúl Martínez. En Cuba, no hay muchos libros de arte publicados, ya que su producción es muy cara.
¿Qué espera lograr con el libro?
Creo que el primer libro sobre un artista es siempre un punto de partida para posteriores investigadores y estudiosos. Este libro no trata sobre el arte de Martínez en su totalidad. Me concentro en ciertos puntos claves que son importantes en su trayectoria creativa.
Mi primer objetivo era, por ejemplo, organizar y fechar las abstracciones. La obra abstracta de Martínez es conocida, todo el mundo habla de ella, y es vasta. Pero casi ninguna de ellas está firmada y fechada. No sabemos cuándo se realizaron. Hay muchos estilos: campo de color, pintura de goteo, tachisme–todo. Pero nadie conoce la secuencia. Así que hice un estudio profundo de la abstracción y establecí una secuencia de las obras. Creo que esto es importante para los investigadores posteriores.
¿Cuáles son algunos de los otros puntos claves que usted aborda?
Un punto importante es cómo Martínez reelaboró la cultura popular y el arte pop, y con estos dos ingredientes hizo algo completamente diferente. Transformó una importante tendencia internacional para hablar de la Revolución Cubana. Esto es muy importante en su obra, y el libro tiene un capítulo dedicado a su visión de la cultura popular.
Además… la mayoría de las personas familiarizadas con el trabajo de Martínez saben y gustan de sus obras abstractas y sus pinturas de héroes. Pero hubo un largo período en el que pintó a personas comunes, muchas personas. Gente, Gente, Gente, Gente. Él tomó cientos de fotos, muchas de las cuales son cuadros en la actualidad. Al analizar estas fotos, me di cuenta de que tenía una enorme vocación antropológica. Quería retratar a toda la sociedad: los niños, los ancianos, los trabajadores, las fábricas, los trabajadores agrícolas, los panaderos, la mujer realizando las tareas domésticas.
Los críticos han descrito esto como un periodo de estancamiento o de repetición. Es una parte menos apreciada de su producción. Pero creo que este marcado interés en la antropología visual es el corazón de su trabajo. Por esta razón, el título del libro es La Gran Familia, retomando el título de una de sus exposiciones. Yo elegí esto para hacer énfasis en su gran interés en retratar la sociedad cubana.
¿Puede darnos una idea de los otros temas que trata?
Hay un capítulo sobre sus procesos de trabajo. Martínez fue un gran diseñador gráfico y un gran fotógrafo, y todo eso influyó en su obra. En este capítulo se muestra, gráficamente, cómo utiliza y reutiliza ciertos motivos. Una imagen en una foto pudiera ser usada en una pintura, un dibujo, un mural, un collage… Es una forma de entender cómo trabajaba.
Otro capítulo está dedicado a José Martí. Este capítulo no tiene texto. No creo que te lo pierdas. Porque Martínez amaba a Martí, él lo pintó en todas las formas posibles. No fue necesario añadir palabras.
Y luego hay un capítulo sobre la crítica: cómo los críticos valoran su trabajo, como a veces lo comparaban. Es una forma de verlo como un artista en su propio tiempo.
De eso trata el libro más o menos. También hay una cronología y una lista de todas sus exposiciones, a continuación, los textos en inglés.
¿Por qué decidió hacer el libro bilingüe?
El inglés es muy importante como comunicación. Le da al libro más renombre. Martínez forma parte de un grupo de artistas como Ángel Acosta León, Umberto Peña y Antonia Eiriz, que fueron muy importantes en la década de 1960-1970, pero debido al aislamiento político exacerbado después de la Revolución, fueron muy poco conocidos fuera de Cuba. Son grandes artistas, con una profunda conexión con otros artistas latinoamericanos de su época. Pero el contexto político los separó de la producción latinoamericana del momento vista por ojos de la crítica extranjera.
Por esa razón, es muy importante que el libro esté en ambos idiomas. Así que lo que estaba sucediendo en el arte cubano durante esos años llega a ser mejor conocido en otras latitudes.
Raúl es uno de los artistas cubanos que estaba más en sintonía con el arte norteamericano. Y eso es un fenómeno interesante en su trayectoria creativa: él experimentó, muy rápido, con movimientos artísticos que tomó décadas para desarrollarse en los EE.UU. Abstracción, Pop, literalismo –él absorbía rápidamente lo que le interesaba. Fue uno de los artistas cubanos más cercanos a la poética del arte norteamericano. Pero al mismo tiempo, fue totalmente cubano.
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Publicación fuente ‘Cuban Art News’, 2012
Claro, solo faltan los gusanos de la gran familia. Y como amaba a Martí! Fíjate que lo ponía al lado, como compinche, de Fidel y el Che. Sus obreros, sus proletarios son el realismo socialista cubiche que engañó y tergiversó la realidad dando una imagen feliz de la dictadura. Todo esto, creado por un borracho nihilista desahuciado. Bello! Corina repite toda esa basura crítica.