Ya pasaron los tiempos en que The New York Times reportaba con antelación que exiliados anticastristas se aprestaban a invadir a Cuba y el presidente John F. Kennedy comentaba que así Fidel Castro no necesitaba espías, sino leer los periódicos. Hoy día se puede dormir a pierna suelta en la Casa Blanca gracias a la ausencia de periodismo, abrumados por cansados reportes sobre un libro de historia y por titulares en primera plana como este: “Raúl Castro propuso a Obama un canal de comunicación secreto”. Para seguir leyendo…
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