Susan Delson: Conversación con Willy Castellanos y Adriana Herrera / Éxodo: documentos alternos

Archivo | Artes visuales | Memoria | 24 de diciembre de 2014
©Willy Castellanos, foto de la serie Rumbo norte, más allá del muro azul, 1994 / Cortesía de Willy Castellanos y Aluna Art Foundation

Éxodo: documentos alternos se presentó en el Centro Cultural Español de Miami en 2014. El 30 de octubre de ese año, Cuban Contemporary Art sacaría esta excelente conversa entre Susan Delson y Guillermo “Willy” Castellanos y Adriana Herrera (los dos últimos, creadores de la Fundación Aluna) sobre el concepto de la muestra y sobre la figura del balsero en el imaginario cubano a partir de los 90s. Aquí les va tal y como salió en su momento.

¿Cuál fue la génesis del proyecto?

WILLY: Varios momentos anteceden al proyecto Éxodo: Documentos Alternos. El primero fue la espontánea documentación fotográfica que hice en las costas de La Habana en el verano del 94, durante los días convulsos de la “Crisis de los Balseros”. Sin  intenciones de exponer o publicar, la serie se fue construyendo día a día con fotos de estricto corte documental, género que me interesa particularmente en mis estudios de historia del arte.

Elegí casi ochenta imágenes para formar el ensayo Rumbo norte, más allá del muro azul, cuyo nombre viene de un texto breve que escribí sobre el tema tres años después, cuando vivía en Argentina. El trabajo se mantuvo casi inédito por veinte años.

ADRIANA & WILLY: En 2012, Aluna Curatorial Collective inauguró con Éxodo: una página extraviada de la historia la sección de PhotoAmerica en la feria Arteamérica. En un montaje de 30 fotografías, pudimos mostrar un material prácticamente inédito. La idea era insertar en los archivos de la historia esta versión –este pequeño relato- del éxodo cubano, apelando con ello a todos los éxodos del mundo a través de sus relatos particulares. Desde entonces, el proyecto tuvo un enfoque tan histórico como de reflexión documental, destinado a enjuiciar la autoridad social y cognoscitiva no solo de la fotografía, sino del propio concepto de “Historia” como relato único y totalizador.

No menos importante fue la relación afectiva que establecimos con la gente. Ese pequeño espacio se convirtió en un lugar improvisado para el testimonio de los balseros que, ante la presencia de las imágenes, querían contarnos su historia, e incluso, ofrecernos a modo de prestamos, fotografías y hasta objetos testimoniales. Fue ahí que surgió la idea de ampliar las dimensiones del proyecto y de involucrar ciertas estrategias para la recolección de esas voces que conforman lo que Foucault llamó “la pequeña historia”: una suma de relatos polifónicos y alternativos al discurso hegemónico o al recuento oficial.

Willy, tus imágenes de 1994 son el eje de la muestra, pero ésta va mucho más allá. ¿Cuál es su concepto?

WILLY: El registro documental del éxodo fue sólo el punto de partida para la creación de un escenario que provocara la recolección de la memoria colectiva. Pretendíamos desarrollar el hilo argumental de la historia más allá de la fotografía y sus condicionantes, generando una información de nuevo tipo –un contenido alterno al documento original-, capaz funcionar como vía hacia nuevas e inéditas direcciones del relato.

La serie que da título al proyecto –“Documentos alternos”, 1994-2012– parte de ese paradójico poder de la fotografía como instancia que mitifica la historia, y a la vez, exhibe las marcas de sus propias contradicciones. Las fotografías expuestas expresan “mi” versión del acontecimiento y al mismo tiempo, mi propia imposibilidad de saber, a ciencia cierta, lo que ahí ocurrió.  De modo que dentro de los límites de la galería, la propia exposición se encarga de poner en duda esta autoridad.

©A la izquierda, una vista partial de la serie Alternate Documents (Documentos alternos), 1994–2014; a la derecha, la serie Rumbo norte, más allá del muro azul, 1994–2014 / Cortesía de Willy Castellanos y Aluna Art Foundation

Las fotografías han sido expuestas de dos maneras diferentes:  primero, como registro documental -presentadas del modo tradicional en impresiones blanco y negro–, y luego en instalaciones intervenidas con textos, veinte años después. El uso de un papel transparente tipo película en las segundas, refuerza el sentido de “membrana” o de capa de significados en el proceso de reconstrucción de la historia. Las proyecciones que generan en la pared este tipo de copias, nos evocan las contradicciones de la imagen y sus versiones, del original y de la copia, o de la fotografía y su reflejo.

Los textos que aparecen como pie de fotos, muestran la insuficiencia del dato visible y la posibilidad de que cualquier interpretación se encuentre atravesada por ficciones, relatos y reconstrucciones de todo tipo. En Exodo, las obras se convierten en el soporte de la experiencia viva, en una reconstrucción fragmentada que incluye las voces de quienes cuentan su historia o dejan rastros de ésta en el espacio expositivo.

©Willy Castellanos, foto de la serie «Alternate Documents» (Documentos alternos), 1994–2014 / Cortesía de Willy Castellanos y Aluna Art Foundation

ADRIANA & WILLY: Éxodo: documentos alternos combina prácticas artísticas y documentales. Usamos  el testimonio en vivo, la fotografía y la video-entrevista como géneros documentales, y los hemos combinado con videoarte, con instalaciones de autor, y con otras instalaciones creadas por Aluna Curatorial Collective para la relación interactiva con los espectadores.

El proyecto se despliega en sala con materiales alternativos como sistemas de cables y tensores industriales –un procedimiento creado por la artista Lili(ana)–, aditamentos publicitarios, telas e impresiones en vinil, neumáticos, y tableros lisos para la escritura o forrados con planchas de corcho. Más que una exposición, la galería se convirtió en un espacio de trabajo abierto a todos los balseros. Ciertas obras requieren su participación y solo estarán finalizadas cuando termine la muestra. Así, en el la obra Álbum por ejemplo, invitamos a las personas a que dejen sus propias fotografías del éxodo. En Agua, la voz de Virgilio Piñera queda convertida en escritura por el público, sobre los pizarrones de un panel que repite obsesivamente la frase: “La maldita circunstancia del agua por todas partes”.

Paralelamente, construimos en sala una cabina individual de video-filmación, donde es posible grabar en privado el testimonio personal. Celebramos –con el apoyo de la antropóloga cultural Ariana Hernández-Reguant—una sesión de micrófono abierto con un grupo de balseros, donde grabamos las narraciones de la travesía que quedarán como materiales de la exposición. Así intervenida y reinterpretada por sus protagonistas, la historia se convierte en una narración (Hayden White) que proviene, no de las fuentes legitimadas sino de la “microhistoria” y “los lugares menos prometedores” (Foucault).

Como curadores, invitaron a dos artistas cubano-americanos: Coco Fusco y Juan-Sí González, para presentar instalaciones a incluir en la muestra. ¿Por qué?

ADRIANA & WILLY: Como curadores, nos interesa la convergencia de múltiples voces y miradas. La idea de construir un escenario con obras de base documental nos llevó a pensar en un archivo abierto, no conformado por una sola voz o una sola mirada. También queríamos convocar una suma de imágenes documentales tomadas desde diversas perspectivas de espacio y de tiempo.

Teníamos Rumbo norte, la serie de fotografías tomadas en las costas de La Habana, así que Rosa Náutica de Juan Si González, era perfecta para evocar la experiencia que él vivió desde “la otra orilla”, sobrevolando con los Hermanos al Rescate, un mar lleno de balsas, a veces con náufragos, a veces marcadas por la muerte. Rosa Náutica contiene el registro fílmico de su propia experiencia de voluntario en esos aviones, como marco de una poética tan violenta como conmovedora: la lenta imagen de una balsa que poco a poco se hunde en el mar.

Las balsas a la deriva no sólo se proyectan en la pared, sino que se duplican en una superficie creada con espejos y sal marina que sugiere la dimensión infinita del océano. Estar ante la escena de la balsa cubierta por las aguas, es un modo de volver a ese instante del hundimiento real como forma de aniquilar el tiempo, y mirar, no un objeto que desaparece sino la vasta odisea de un éxodo que nunca parece acabar. El mismo día de la inauguración, a unos pocos kilómetros del CCEMiami, arribó una balsa con hombres y mujeres que lograron llegar; una suerte que no tuvieron otros balseros, esa misma semana, cuyos cuerpos no pudieron recobrarse.

©La instalación de Coco Fusco, Y entonces el mar te hablará, 2012, en el Brooklyn Academy of Music en 2012 / Cortesía de Alexander Gray Associates

ADRIANA: Y entonces el mar te hablará, la instalación de Coco Fusco, crea un ambiente envolvente que disuelve el mundo exterior y el tiempo presente. La artista sitúa al espectador –que debe despojarse de sus objetos personales y entrar descalzo al espacio de proyección- en la superficie de algún mar a la deriva. En ese espacio oscuro, “el afuera” se detiene,  solo se percibe el filme que narra su viaje de regreso a la isla. Mientras nos comparte –como diario íntimo- el curso de sus pensamientos en ese momento que contiene el enfrentamiento a la experiencia de la muerte: lo que lleva consigo, en la travesía, son las cenizas de su madre.

El filme de Fusco no solamente se ve, sino que te involucras dentro de él. El espectador se sienta, no en una silla, sino en las cámaras inflables como las que justamente usaron los balseros para lanzarse al mar. Esa experiencia involucra el propio cuerpo del espectador, lo integra a la obra, lo transporta a la deriva de un mar, a la memoria en deriva de una mujer que regresa para llevar los restos de su madre. Esta experiencia,  es de algún modo intransmisible.

La experiencia de ver (y escuchar) la instalación Pies secos/Pies mojados, de Willy, es conmovedora. Primero, desde una cierta distancia, tus ojos componen y completan la escena de la inmensidad del océano. La componen –siguiendo el principio de la Gestalt- porque la fotografía está fragmentada con intervalos constantes de vacío que desde lejos se diluyen “casi” completamente, así que la percepción inicial es la de reconstruir el mar en el horizonte. Un mar sin nombre, sólo el mar, que primero nos parece tranquilo, pero visto con mayor atención revela los cúmulos de nubes de una tormenta latente.

©Vista de la instalación Pies secos/pies mojados, 2014, por Willy Castellanos / Cortesía de Willy Castellanos y Aluna Art Foundation

El horizonte es el de un mar inmenso que ocupa toda la pared, todo el campo de visión, pero está fragmentado. Cada fragmento descansa sobre cajas acrílicas que forman una secuencia de arena y agua: pies secos, pies mojados. Así, la instalación cifra con enorme belleza formal, casi minimalista, los elementos del éxodo: agua-ausencia-horizonte-incertidumbre-vacío-tormenta que amenaza-deriva infinita…

Pero cuando el espectador se acerca aún más y está exactamente frente a la instalación, aparece lo que hasta entonces era invisible: la dimensión acústica. Y escucha las voces reales de los balseros en ese instante donde todo se concentra: la inminencia de la partida. Es el mar, intervenido por fragmentos de vacío y las voces de todos aquellos que se van a ir (y que no vemos) y que se fueron (y de quienes nada sabemos) multiplica el poder evocador de la obra. La evocación visual no tiene referentes geográficos mas la documentación auditiva (cortesía del documentalista Luis Guardia) contiene ese instante real de la partida y la alta tensión entre la angustia de la travesía, y el anhelo por lo que hay mas allá del horizonte: algún lugar donde refundar la vida.

El video Muro (2014) del artista y animador emergente Manuel Andrés Zapata, contiene una poética que usa dos elementos en continua superposición y movimiento: el agua y la piedra. Su trabajo parte de la documentación visual de un extenso muro que Willy fotografió en las costas de Mar del Plata, Argentina, para él el lugar de un “afuera de la isla”. Las fotos son la evocación inconsciente de lo que vio en el mar que rodeaba la isla, con mayor intensidad que nunca cuando documentó el éxodo: un inmenso muro azul.

©A la derecha, E), 2014, video por Manuel Andrés Zapata; a la izquierda, una vista de la serie Rumbo norte, más allá del muro azul , 1994–2014, de Willy Castellanos / Cortesía de Willy Castellanos y Aluna Art Foundation

Veinte años nos separan de la crisis de los balseros. ¿Qué ha logrado el proyecto?

ADRIANA Y WILLY: La exposición es un espacio de interacción y reanimación socio-cultural, nos motiva la posibilidad de ampliar los márgenes de participación, incluyendo expectativas vinculadas con minorías habitualmente alejadas del proyecto artístico. Nuestro gran reto ahora es lograr que estas personas asistan y se incorporen activamente al proyecto que hemos organizado.

©Compartiendo fotos y recuerdos en Album, 2014, una obra de participación colectiva / Cortesía de Willy Castellanos y Aluna Art Foundation

La exposición les permite crear un momento de reflexión sobre su propia historia y su identidad personal. “Exodo: documentos alternos”, intenta conservar la memoria colectiva sobre uno de los hechos más conmovedores de la historia cubana contemporánea, para demostrar que el pasado no es un caso cerrado, sino un proceso en constante reescritura y reinterpretación. Ello equivale, en un sentido práctico, a devolverle ese poder a las voces de aquellos que vivieron los hechos. Así, desde el espacio del arte, se concreta un ejercicio que reafirma el valor de las pequeñas historias ante las versiones oficiales que se escriben desde el poder y sus ramificaciones.