«El new deal entre Cuba y Estados Unidos fue celebrado, en casi todo el mundo, como el entierro definitivo de la Guerra Fría. Aunque podría pensarse al revés: que los dos contendientes, más que enterrarla, decidieran recuperar su efectividad a la hora de lidiar con un mundo caótico. Ante la inestabilidad venezolana o la extensión del narcotráfico, los Estados fallidos o la crisis europea, la situación en Ucrania o el terrorismo, la amenaza del Estado Islámico o la pujanza de China –sin olvidar ni un segundo la caída de los precios del petróleo–, un regreso a la diplomacia de la era bipolar podía tener sus ventajas para afrontar una geopolítica sin brújula». Para seguir leyendo…
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