Muy bien, muy bien Tomás…, pero es un poco fácil ahora. ¿Por qué cuando no la dejaron entrar a tu exposición, hace una semana, en el Museo Nacional de Bellas Artes (no-entrada que le dio la vuelta al mundo en forma de grabación), no desmontaste los cuadros ahí mismo o cancelaste el vernissage? No sólo hay que «despeinarse» cuando a uno le conviene, sino, cuando a uno no le conviene. Esta segunda «despeinadura» es, incluso, más legítima. ¡Libertad para Tania ya!
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