Norman Lewis, el más grande escritor de viajes desde Marco Polo según Auberon Waugh, viajó a La Habana en 1957 con la doble misión de consultarle a Hemingway las posibilidades de la guerrilla de Fidel Castro e investigar qué vendría después de El viejo y el mar. Por el camino dio con un mechón de vello púbico de Catalina la Grande, consultó a la santera del dictador Batista y medió en un duelo a muerte provocado por Ava Gardner. Para seguir leyendo…
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