Fidel, Maduro, Morales y todo el sector de la izquierda global, aferrado al mito de la Revolución Cubana, son voces del pasado. Presencias interesadas en detener el tiempo, cuya aceleración tras el 17 de diciembre de 2014, pone en crisis los valores tradicionales de un régimen político basado en la exclusión. Fidel Castro y sus aliados en la izquierda bolivariana se alinean en el rechazo a la normalidad diplomática y en la búsqueda obsesiva de justificaciones externas para la ausencia de libertades públicas en Cuba. Para seguir leyendo…
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