Llama la atención en el caso cubano, los imaginarios que se crean a partir de los retornos físicos que supuso la participación de fuerzas militares en las guerras en África en las décadas de los setenta y ochenta y la intervención en los movimientos de liberación nacional y procesos de descolonización. La idea del viaje y la insularidad que se extienden en las producciones artísticas de los años ochenta y noventa con el éxodo masivo de cubanos, fundamentalmente hacia Miami. El mar conecta con África pero también con otros espacios de la diáspora. Cómo vuelven a transformase en la memoria colectiva la noción de frontera y hogar con esos nuevos desplazamientos. La imposibilidad del viaje. La utopía ambivalente entre la ilusión de viajar de unos y de regresar de otros. El viaje como espacio heterotópico. Los discursos en torno a una micropolítica del cuerpo y las marcas de las construcciones del racismo en el sujeto afrodiaspórico. Para seguir leyendo…
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