Mientras no exista separación de poderes en la sociedad cubana, mientras no se tolere ni la menor libertad de expresión ni de asociación, mientras no haya una institucionalidad civil independiente de la élite corporativa-militar, mientras la Constitución no permita cuestionar al socialismo en tanto modelo “irrevocable” a perpetuidad, técnicamente da igual que se liberen 5 o 55 mil presos. En ningún caso se trata de una amnistía con base en la presión social, pues se trata siempre de una especie de indultos reales que nos toman por sorpresa: gestos tan despóticos como aquellos pulgares hacia arriba o hacia abajo en los coliseos sangrientos del Emperador. Para seguir leyendo…
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