En Iconocracia, Iván de la Nuez propuso una manera de pensar las imágenes del poder en una treintena de fotógrafos cubanos contemporáneos. Las observaciones del crítico cubano podrían extenderse a buena parte de las artes visuales de la isla y la diáspora, donde se estaría evidenciando una política de la representación en la que los símbolos del poder, al ser leídos como «íconos», son remitidos a una zona cultural donde no rigen la obediencia o el respeto sino el juego, el hastío o la impugnación. Para seguir leyendo…
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