«Wei» significa NO. La doble negación de Weiwei es renunciar a perderse en ̏exilios de terciopelo˝ y perpetuar el sueño de nunca enmudecer ante la pesadilla de sus cancerberos. La lucha como arma del arte constituye su máxima dentro de un mínimo radio de acción política. Activismo hereditario para restituir lo que su padre (el poeta Ai Quing) no alcanzó ver: una Nueva China próspera en su economía e intelectualmente legible. Lástima que redenciones personales o causas locales (justamente pecadoras) terminen silenciadas. Para seguir leyendo…
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