Paulino Alfonso: La Brigada Che Guevara y el final de las frutas cubanas

DD.HH. | 18 de noviembre de 2015
©H. Lavastida

Otra de las grandes ideas del Sr. Fidel Castro fue la Brigada Invasora Che Guevara. Esta, como todas las demás quimeras del Sr. Fidel Castro en los sesenta, duró poco y no tuvo ningún resultado.

Esta fue concebida para preparar la quimera mayor, la zafra de los 10 millones de toneladas de azúcar; la que, según el líder cubano, resolvería la economía del país de una vez por todas.

Hasta 1959, Cuba producía anualmente seis millones de toneladas de azúcar. Este nivel de producción solo era dictado para mantener un precio ventajoso en el mercado.

A los siete años de llegado al poder y contando con los precios que por entonces tenía el azúcar, Fidel Castro estimó que para pagar todo lo necesario para el gran salto económico era una zafra de  no menos de 10 millones de toneladas.

Para una comprender de este otro disparate es necesaria una explicación. Veámosla en su contexto real.

En realidad, esta idea se practicaba desde 1963. El proyecto de la Brigada surge como tal debido a que los equipos soviéticos y los viejos modelos norteamericanos con que contaba el gobierno, no podían aguantar el régimen de explotación necesario para este proyecto.

Así Fidel Castro preguntó a los encargados de esta tarea qué era necesario para cumplirla. La respuesta de estos fue que era necesario adquirir técnica que fuera superior a la entonces existente, habida cuenta que la tarea en cuestión, es decir  sembrar de caña el 70% de la superficie cultivable de la Isla (15 000 km2) en un plazo no menor de 2 años, era titánica.

Se creó una comisión que viajó por Europa Occidental, entre la que se encontraban mis amigos, el capitán Victoriano Parra y el Ing. Eduardo Luis, por desgracia ambos ya hoy fallecidos.

Finalmente, se adquirieron 700 camiones de volteo Berliet en Francia y en Italia a través de la firma FIAT, 800 equipos de movimiento de tierra que incluían  buldóceres, moto-niveladoras, compactadoras, retro cargadoras, barrenadoras verticales y otros equipos de. Esta  transacción  tuvo un costo total aproximado de 500 millones de dólares en ese momento.

Ambos contratos fueron pagados con una fórmula financiera del 45% a crédito y el 55% en especies, que en este caso fueron azúcar, tabaco y mariscos.

Una vez que arribó un grupo considerable de estos equipos, Fidel Castro, mediante el uso de su lenguaje tremendista, la bautizó como “Brigada Invasora Che Guevara”.

Se comenzó por las provincias orientales, habida cuenta que el grueso de los sembrados de caña de azúcar radicaba en estas.

Para desbrozar los terrenos necesarios, se apeló a un curioso invento, idea de algún colaborador, que más tarde se le adjudicó a Fidel Castro. Este consistía en una enorme bola de acero soldada a una larga cadena que era arrastrada por dos buldóceres, uno en cada extremo.

De más está explicar que todo árbol que  estuviera en pie era destruido. Así fueron arrasados frutales enteros que hasta entonces  suministraban no menos de 15 000 toneladas de frutas que cultivaban los campesinos cubanos y eran exportados o consumidos por el pueblo.

Como todos sabemos, luego la zafra gigante fracasó. Veamos el destino final de la Brigada Che Guevara.

Esta fue desintegrada y repartida, con personal y equipos incluidos, entre los Frentes para la construcción del Proyecto de la Autopista Nacional del Sur que Fidel Castro ahora tenía en mente y que, como muchos ya sabemos, también terminó en fracasos.

El único logro de este experimento fue que por casi 35 años, los jóvenes cubanos solo conocen como frutas el mango, la guayaba y la fruta bomba.

No obstante, previsor como siempre, el Sr. Fidel Castro salvó varios de los mejores frutales, fundamentalmente en la provincia de la Habana, para el suministro a las embajadas y misiones diplomáticas acreditadas en Cuba y también para cubrir las   “necesidades” del Consejo de Estado.

Hace un tiempo conocí al dueño de una enorme finca de mangos “Súper  Haydn” en San Antonio de los Baños, el señor  Adolfo Vitali Maini, quien vendía sus mangos al  Consejo de Estado a través de la Empresa de atención al servicio extranjero.

Hoy día Raúl Castro trata, con poco éxito, según  explicó en una reunión televisada en el Ministerio de la Agricultura, de recuperar en 5 años la producción de frutales que alguna vez existió.

Tomado de Cubanet.