En una Mesa Redonda realizada al concluir el Premier 12, varios conocedores admitieron que “la pelota cubana se ha quedado atrás”. Allí se comentó del mal corrido de bases, la falta de profundidad en el cuerpo de lanzadores, la escasez de cuadrangulares, de las cero carreras impulsadas por el mimado e insustituible Yulieski Gourriel, de exclusiones nada determinantes y, por supuesto, dejaron caer la chinita de los que se fueron, quienes pierden nombre y apellido ante las cámaras de la televisión cubana. Identidad que recuperan cuando transmiten juegos de la liga venezolana, como si fuera una cuestión de profesionalismo internacionalista. Para seguir leyendo…
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