«La primera vez que lo hojeé no noté nada fuera de lo normal. Solo fue algunos días después cuando vine a percatarme de un grave error: en la portadilla mi crédito como compilador había desaparecido. O para decirlo claramente, alguien lo había eliminado. Décadas atrás, cuando los libros pasaban por las manos de un linotipista que preparaba los plomos, algo así hubiera sido atribuible a esa persona. Hoy no, pues el documento a partir del cual se prepara lo que se manda a la imprenta es el enviado por el autor. De manera que si en el original figuraba mi nombre y al final no aparece, se debió a la intervención de alguien.» Glup 😉
1 comentario
dovalpage | 12/12/2015 - 05:12:23
¡Qué barbaridad! No creo que haya habido mala intención, como bien dice el autor, pero sí es algo muy molesto y la falta de disculpas de la editora es imperdonable.
¡Qué barbaridad! No creo que haya habido mala intención, como bien dice el autor, pero sí es algo muy molesto y la falta de disculpas de la editora es imperdonable.