Como Anglada, son muchos los personajes públicos y los ignotos cubanos que han sido víctimas de injusticia a manos de un poder que nunca reconoce culpas y errores propios. Resulta lamentable ver como alguien tan admirado como Rey Vicente, quien ha sido objeto de la solidaridad de los aficionados que tuvimos la suerte de verlo jugar, al igual que varios intelectuales y creadores maltratados por la intolerancia oficial, aceptan las dádivas y agasajos de sus victimarios sin exigir al menos el justo desagravio público. Para seguir leyendo…
Responder