En un Área Especial del municipio Centro Habana, un grupo de niños entrena cada jornada con la mirada fija en un sueño: convertirse en campeones de boxeo. La meta es complicada, llena de golpes, obstáculos y magullones, sin embargo, los bisoños pugilistas siguen disciplinadamente las instrucciones del equipo de preparadores. Lanzar golpes pudiera parecer fácil, quizás por eso la mayoría de los cubanos asumen que tienen talento natural para el boxeo. Para seguir leyendo…
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