Cristo Salvador, la excelente galería de La Habana, cierra sus puertas y lo hace con este texto-despedida-reflexión. «No vamos a mentir y negar que todo lo que hicimos lo hicimos por nosotros –no por principio de placer, antes como forma de desalienación–. En ese sentido, se sabe bien, fuimos siempre muy responsables, casi coherentes. Este tono celebrativo que nos permitimos se debe a ello. “Audacia, audacia y más audacia”. Adiós pues, queridos, y deseadnos suerte» ¡Larga vida a la traición! 😉
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