El robo de huesos con fines religiosos se ha convertido en una manera más de “resolver” para los trabajadores de los cementerios del país. “El que trabaja en una tienda resuelve (roba), o el que trabaja en un almacén, pero los que trabajamos en los cementerios también tenemos que comer”, dice Luis Ernesto, un sepulturero que asegura que su sueldo es de 250 pesos cubanos ($12) más 100 pesos ($4.80) por trabajar en Servicios Comunales. Para seguir leyendo…
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