Angel Delgado permanece en la memoria del arte cubano por su performance La esperanza es lo último que se está perdiendo (1990), durante el cual profanó el periódico Granma (órgano oficial del Partido Comunista de Cuba), durante la inauguración de la muestra “El objeto esculturado”. El objetivo de su acción no era únicamente el de la profanación en sí, sino la creación de un objeto artístico con desechos humanos. Era un gesto que cuestionaba la naturaleza de la obra de arte, introduciendo la naturaleza en el campo de lo artístico, y que se conectaba intuitivamente con ese punto de radical inflexión que fue el accionismo vienés de la década de 1960. Por supuesto que en la acción de Angel Delgado había un reto al poder del Estado, pero también había un reto a las ideas de “arte”, de “objeto” y de “obra”. De hecho, había un reto a la idea, mientras la materia tenía un nivel de presencia total, y al mismo tiempo parecía impugnarse a la materia -innoble y casi innombrable-, carente ya de contenido y de idea. Para seguir leyendo…
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