El Exilio (con mayúscula) triunfó. Su perseverancia ejemplar, sus miles de muertos, sus heroísmo, su tan cacareado martirologio, su instinto patriótico, su doppelgänger nacional, consiguió penetrar a la larga el castrismo. El Exilio entró con vaselina, no con tanques de guerra, en lo profundo de la dictadura. Para seguir leyendo…
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