Sin saberlo, el propagandista del régimen acaba de hacer una declaración de principios. Más que una ofensa, es una voluntaria y sincera expresión del pensamiento de quienes hoy gobiernan Cuba. Y más que ofendidos, muchos los «excubanos» deberían sentirse tranquilos, convencidos una vez más de que el camino del exilio es el único posible para quienes piensan y actúan diferente a falta de una mayoría dispuesta a cambiar las cosas de manera radical. Al enseñarnos la verdadera esencia del régimen —quién no este conmigo está contra mí— toda posibilidad de dialogo y solución civilizada a una nación dividida parece estar muy alejada en el tiempo con o sin «diferendo» norteamericano. Para seguir leyendo…
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