“Aquella fue una época de intención irónica con la institución arte, donde yo me aprovechaba de cada una de las convenciones que se encargaban de prestigiar o no a un artista, así como de las instituciones, los museos y las galerías. Era un momento en el cual toda mi generación estaba cuestionando las situaciones político-sociales extremas en el país y yo decidí involucrar mi obra en ese sentido”. (…) “Me doy cuenta de que ya existen otros intereses sociales. Por medio de amigos, personas involucradas en el mundo del arte y escuchando a quienes pasan constantemente por la calle vendiendo cosas empecé a descubrir un universo nuevo, las cosas que tienen valor hoy en día.» Ji ji ji… ¿De verdad, Glexis? Para seguir leyendo…
1 comentario
Otari Oliva | 20/10/2016 - 12:10:46
Oh…la bandera anarquista no es rojinegra, es negra…Por lo demás, bueno, conga y carnavales.
Oh…la bandera anarquista no es rojinegra, es negra…Por lo demás, bueno, conga y carnavales.