La nueva directiva del presidente Barack Obama sobre el comercio y los viajes a Cuba, un documento de 12 páginas, ampliamente elogiado por eliminar los límites a las compras de puros y ron cubanos por parte de estadounidenses, tiene una cláusula que se ha notado poco y que ha alarmado a cubanoamericanos en el sur de la Florida. La directiva instruye al director de Inteligencia Nacional federal a cooperar con los servicios cubanos de inteligencia. Para seguir leyendo…
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