Para hacer el mafuco, sus inventores compran el alcohol de madera que el Estado le vende a los núcleos familiares que no tienen gas manufacturado en la casa. O, en su defecto, esperan a que pasen por el vecindario los inspectores de salud pública encargados de erradicar los vectores de mosquitos Aedes Aegypti. Estos inspectores utilizan alcohol para flamear y limpiar los focos de infección (…), una vez obtenido el alcohol, “hay que colarlo para quitarle el olor a luz brillante (querosén), luego lo mezclo con huevo batido para cortarlo y lo dejo reposar un rato. Después lo paso por el grafo y listo”. Para seguir leyendo…
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