Ya no es antes exige esa suspensión, ese hiato entre lo natural y lo aberrante. Hay una escena macabra en que Mayra casi logra que Esteban haga un strip-tease mientras en la radio suena una canción de Los Yoyos. En algún momento de borrachera, entonan Un rubí, cinco franjas y una estrella… Entonces la nostalgia cae en la crueldad, y el costumbrismo en la monstruosidad, mientras el director Léster Hamlet se remoja la cabeza y susurra: “¡El horror, el horror!” Para seguir leyendo…
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