«En Villa Marista, hay en promedio un intento de suicidio al mes. Dos de cada tres reclusos se vuelven locos. Regularmente oía a alguien empezar a gritar, seguido por las botas de los guardias que pasaban ruidosamente y luego los sonidos de alguna pobre alma siendo arrastrada al médico para sedación», lamenta el arquitecto británico Stephen Purvis detenido en 2012 en la isla durante 16 meses.» ¿Se vuelven locos o los vuelven locos? Hay una diferencia. 😉
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