Reverón, Pollock y Sandoval trazan un recorrido que va de la representación del cuerpo a su manifestación accional, siendo la pintura uno de sus principales objetos de interpelación, en cuanto garante de una serie de valores estéticos y sociales que entran en discusión. En los tres casos, lo performático prevalece sobre el resultado, condicionando su efecto sobre los procedimientos y el soporte; pero también remplazando el principio de la mímesis por la dinámica impredecible de los instintos. Para seguir leyendo…
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