El misterio guevarista, en tanto simulacro de espiritualidad, ha de ser necesariamente paródico (la salvación por el monigote: un mesías lunfardo revelado a Cuba); su dulce dolor es el último oxímoron del origenismo. David Bowie, ese otro mesías extemporáneo, parece hablar por Virgilio en un verso de la oda Quicksand (Hunky Dory, 1971): Can’t take my eyes from the great salvation of bullshit faith. Recién expulsado de la academia lezamiana, Virgilio anuncia el advenimiento de la espiritualidad mierdera. Para seguir leyendo…
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