Cuando se comparan algunas de las obras de Acosta León, como su Carrusel, con otras de artistas de renombre mundial, ya sean las esculturas de ruedas ensambladas por Tinguely o los carros matéricos de Jean Dubuffet; es evidente que en la pintura de Ángel Acosta León el tema de la movilidad y la materia es concurrente. Lo que le interesa de las máquinas a Ángel Acosta León es la inestabilidad del espacio, y de poder representar lo «uncanny» en la iconografía. ¿A donde nos llevan estos aparatos? parece indagar el estilo de Acosta León. En contraste de las máquinas de placer y dolor en las junglas caribeñas de Ramón Alejandro, el engranaje de todo artefacto en Ángel Acosta es siempre símbolo de conflicto interior del hombre con la ciudad, y con el espacio urbano. Para seguir leyendo…
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