Carlos Espinosa: Interviú a Antonio Benítez Rojo / Para mí los libros son objetos funcionales

Archivo | Autores | Memoria | 25 de diciembre de 2018
©Viñeta de ‘Los inquilinos’, Benítez Rojo, Arte y literatura, 1976

El narrador y ensayista comenta cómo mediante purgas y donaciones ha reducido su biblioteca a unos dos mil volúmenes.

¿Cuántos libros tiene tu biblioteca?

Pocos, yo diría unos dos mil. Esto se debe a que he estado donando libros a la biblioteca de Amherst College durante tres años. Me he quedado sólo con los libros que tratan sobre Cuba y el Caribe, y con las obras de literatura que enseño en mis cursos. También me he quedado con los libros que me mandan los amigos.

¿Cómo los tienes organizados: por autor, por tema, por área lingüística, o indiscriminadamente?

No están organizados y a veces me demoro bastante buscando un libro que sé que tengo en los libreros. En el pasado he intentado ordenarlos por autores, pero acaban por salirse de ese orden y desperdigarse por los libreros, mesas y sillas de la casa.

¿Tienes un sitio específico para los libros escritos por ti, lo que pudiera llamarse tu egoteca?

Pues sí, tienen su lugar en determinado librero, donde están ordenados cronológicamente desde Tute de reyes hasta Mujer en traje de batalla. No obstante, mi narcisismo es moderado, pues el año pasado la biblioteca de Amherst College se interesó en guardar mi archivo de escritor, y para allá fueron un montón de cajas con todas las antologías donde aparecían mis cuentos, todas las revistas y periódicos donde había algo mío o sobre mí, y un montón de copias de recortes. Estos envíos los mantengo al día. Por ejemplo, la antología de cuentos cubanos del siglo XX que tú y Jorge Fornet prepararon para el Fondo de Cultura Económica, y la edición en portugués de Mujer en traje de batalla, acaban de salir de mi casa para el archivo.

¿Qué criterios sigues para comprar libros: un criterio racional o te dejas llevar por el impulso?

Últimamente tiendo a ser lo más racional posible, es decir, compro lo que me hace falta para estar al día en teoría literaria, historia y cultura del Caribe, así como obras literarias que me interesan por uno u otro motivo.

¿Qué haces para controlar la superpoblación, la cantidad excesiva de volúmenes?

Bueno, ya te dije, de un tiempo a esta parte hago purgas anuales y dono los libros a la biblioteca de Amherst College. No es un gesto del todo desinteresado. Esas donaciones representan deducciones de impuestos.

¿Cuál es el ejemplar más valioso de tu biblioteca?

Algunos libros del siglo XIX cubano, por ejemplo, un libro de recetas de cocina de 1838 y las obras en dos volúmenes de Arango y Parreño. Pero, por lo general, no atesoro libros. Para mí los libros son objetos funcionales. Claro, siempre hay excepciones, digamos obras que tienen un valor sentimental para mí, El manuscrito encontrado en Zaragoza, los cuentos de Poe, Los tres mosqueteros, Viaje al centro de la tierra…

¿Hay libros de los cuales tienes más de una edición?

Sí, los libros que he escrito.

¿Cuál es el libro que más veces has releído?

Los más leídos son los que enseño en mis cursos. Por ejemplo, cada tres semestres doy un seminario sobre la novela del boom, también otro de literatura fantástica, otro de literatura del Caribe, otro de novelas latinoamericanas del siglo XIX.

¿Acostumbras prestar libros a tus amigos?

No sólo a amigos, sino también a estudiantes. Los resultados son devastadores.

¿Devuelves los libros que te prestan?

Religiosamente.

¿Tienes un lugar determinado para leer?

Pues no. Lo mismo puedo leer en mi estudio, que en mi casa, que en mi oficina en la universidad. Siempre que viajo leo algún libro. No obstante, pensándolo bien, pienso que mi lugar preferido para leer es la cama.

¿Sueles subrayar y anotar los libros que lees?

Sí, pero soy exigente con el autor. Escatimo las marcas que hago, y éstas nunca son de subrayar sino líneas perpendiculares que pongo en los márgenes. Jamás hago un comentario, y lo que señalo tiene una función utilitaria, esto es, me sirve para mi obra.

¿Eres monógamo para leer o sueles leer más de un libro a la vez?

Siempre tengo dos o tres libros entre manos.

Por último, si alguien te pidiera ayuda para iniciarse en la lectura, ¿qué diez títulos le recomendarías leer?

La guerra y la paz, Los tres mosqueteros, El manuscrito encontrado en Zaragoza, Viaje al centro de la tierra, cuentos de Julio Cortázar, Pedro Páramo, Ulises y, claro, El Quijote.

Publicación fuente ‘Cubaencuentro’, febrero, 2003