Una de las piezas exquisitas del genial Chris Marker: Si J’avais Quatre Dromadaires (Si yo tuviera cuatro camellos). Película de 1966 donde a la reflexión por la fotografía (la imagen, el ojo), se une un excelente recorrido por la mentalidad de «límite colonial» que tanto importaba en los años sesenta, con un buen contrapunteo entre Francia, URSS, Cuba, China y otros «imaginarios». Disfruuuuten perversillos 😉
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