Las fronteras entre el especialista y el funcionario público se borran de manera absoluta en el régimen político cubano porque los especialistas-funcionarios son cooptados por su lealtad política al PCC y no por sus competencias y desempeño. Los funcionarios públicos cubanos se permiten decir los disparates más arbitrarios gracias a una opinión pública amordazada y el monopolio de los medios de difusión por parte del Partido-Estado. Así se inculca de manera cotidiana, el embrutecimiento y la desinformación a la población cubana. Para seguir leyendo…
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